Bolivia cerró el 2024 con un profundo pesimismo respecto a la dirección del país y la situación económica nacional.
La encuesta “What Worries the World”, realizada en las ciudades del Eje Troncal, durante el cuarto trimestre de 2024, reveló que sólo el 5% de los bolivianos cree que el país va por buen camino, en marcado contraste con el 37% del promedio global. Este dato posiciona a Bolivia como el país con la percepción más negativa entre todos los analizados, con un alarmante 95% de la población que considera que el país va por mal camino.
La percepción sobre la economía es igualmente preocupante. Tan sólo el 6% de los bolivianos califica la situación económica como buena, muy por debajo del 36% global. Esta evaluación negativa ha empeorado dramáticamente en el último año, con un aumento de 28 puntos porcentuales en la percepción negativa, sugiriendo un rápido deterioro de las condiciones económicas o de la confianza en la gestión económica del país.
La corrupción política y financiera emerge como la preocupación dominante en Bolivia, mencionada por el 53% de los encuestados, casi el doble del promedio global (27%). Le siguen el desempleo (51%) y la inflación (43%), ambos superando significativamente los promedios mundiales. Es notable que la preocupación por la inflación ha aumentado 24 puntos porcentuales en el último año, reflejando la percepción de los bolivianos de que hay un incremento en el costo de vida.
Adicionalmente, las amenazas al medio ambiente se posicionan como la quinta preocupación más importante (23%), un tema que no figura entre las principales a nivel global; lo que puede ser el efecto de los incendios forestales que se registraron entre junio y octubre.
Estos datos trazan un cuadro de crisis multidimensional en Bolivia. La combinación de una percepción extremadamente negativa sobre la dirección del país, una evaluación crítica de la situación económica, y altos niveles de preocupación por la corrupción, el desempleo y la inflación sugieren una pérdida generalizada de confianza en las instituciones y en la capacidad del gobierno para abordar los problemas más apremiantes.
La prominencia de la corrupción como principal preocupación podría indicar la necesidad urgente de reformas institucionales y de transparencia.