Imbuidos por el Espíritu de la Navidad, viene bien plantearse la interrogante ¿Cómo celebramos los bolivianos la Noche Buena? Más allá de la pregunta, echamos a andar la maquinaria de consulta pública de CIESMORI y los resultados no dejaron de ser sorprendentes. He aquí algunas constataciones.
Cenar a la medianoche ya no es una obligación
El 49% de los consultados en el eje troncal del país (La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz) afirman que optan por cenar en Noche Buena antes de la medianoche. La picana, el lechón o el pavo, conforme al gusto y la tradición, es elección de cada familia. Y sin lugar a dudas, más allá del hábito navideño, una cena muy pesada no deja de ser difícil de digerir a altas horas de la noche, aunque sea acompañada por un buen vino o un brindis de espumante sidra.
Los regalos no son el centro de la celebración
Si usted pensaba que el conjunto de paquetes muy bien acicalados debajo de un arbolito navideño, o junto a un Nacimiento del Niño Dios, siguen dominando la escena familiar, pues tendrá que contrastar su opinión con los tiempos que corren.
Según el estudio de CIESMORI, apenas 2 de cada 100 consultados consideran que lo más importante del festejo navideño son los regalos. Es más, sólo un 30% de los encuestados celebra la fecha con el tradicional intercambio de regalos.
La familia antes que el Nacimiento
Para 6 de cada 10 consultados, lo más importante es la reunión familiar, el reencuentro con los seres queridos y compartir un tiempo navideño juntos. En esa línea, el 85% de los encuestados afirma que este 2018 cenará en familia. De hecho, este factor deja en segundo lugar a la celebración por el Nacimiento de Jesús, ya que 5 de cada 10 personas considera que este es el verdadero motivo de la Navidad, razón que explicaría el por qué apenas un 27% de la población arma el pesebre con José, María y los Magos alrededor del Niño Jesús y sólo un 23% mantiene la tradición de asistir a la denominada Misa de Gallo.
Siguen siendo parte del festejo y nos son excluyentes lo uno de lo otro, pero mientras un 29% de la población boliviana levanta las copas y exclama ¡salud!, en la noche que intenta fusionar la paz y amor con el espíritu navideño, un 37% agrega al festejo el infaltable arbolito, cada vez más plástico que natural, pero siempre cargado de luces y relucientes bolas que ponen el toque hogareño.
Árbol Navideño y brindis
Pero más allá del brindis y el árbol, un 13% de los consultados asegura que también ha incorporado la tradición de los fuegos artificiales, lo que genera un mercado creciente para un segmento que hasta hace algunas décadas no formaba parte del concepto navideño. Un dato llamativo es que sólo 1 de cada 10 bolivianos mantiene el envío de tarjetas navideñas como forma de salutación por estas fechas. Todo apunta a que los memes y tarjetas digitales están terminando con esta tradición.
¿Y los Grinchs?
Quienes no gustan de estas fechas existen y son más de uno. Dos de cada cien personas definitivamente dice no celebrar La Navidad, a lo que se agrega un número similar para quienes consideran que la ocasión es sólo un invento para vender más.
Por último, ¿Esta Navidad será mejor o peor que el año pasado para las familias bolivianas? Casi la mitad considera que será mejor que la celebrada en 2017. Para el 24% será peor y un 23% cree que este año será igual. Solo un 17% considera que este año la Navidad será mucho mejor mientras que un 10% cree que será mucho peor. La encuesta efectuada por CIESMORI se realizó entre el 10 y 17 de diciembre en las ciudades del Eje Troncal del país (La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz) sobre una muestra de 813 personas consultadas.