Las encuestas son importantes instrumentos de medición en el área de las ciencias sociales, así como lo es un termómetro para medir la temperatura o como un manómetro para medir la presión de una persona en el área de ciencias de la salud.
El no realizar mediciones oportunas y confiables del estado de un paciente o el estado de la opinión pública en cuanto a sus preferencias electorales, expectativas, temores etc., pueden llevar a tomar decisiones erróneas respecto al futuro. Entonces, sí, las encuestas pre-electorales son necesarias, tanto para los actores políticos que pugnan por la preferencia de la población, como para la población que debe tomar una posición respecto a la oferta que presentan los candidatos.
Sin embargo, es importante remarcar que, las encuestas no debieran ser parte del discurso de campaña de los contendientes, pues solo son una herramienta que, bien utilizada, debería ayudar a realizar ajustes entre lo que la población espera y lo que los candidatos ofrecen.
«Las encuestas electorales no son y no deberían ser presentadas a la población como si fuera una “carrera de caballos” donde lo único que se aprecia es quién gana y por cuánta distancia. En cambio, debería ser utilizada en todo su potencial, como lo hacen los estrategas de campaña entendidos en la materia; quienes consideran que el objetivo de estas, es el conocer qué necesita, qué espera la población votante de sus futuros gobernantes», mencionó Hugo Galvez, Gerente de Investigación y Estudios de Opinión de CIESMORI.
En definitiva, las encuestas son herramientas útiles, confiables y científicas, que en las manos correctas son de gran utilidad.
No predicen, pero sí influyen
Si bien existen algoritmos estadísticos que tienen la finalidad de predecir los resultados electorales, estos requieren de gran cantidad de información y datos históricos (varias encuestas consecutivas); lo que demanda una fuerte inversión de recursos económicos. Pero con todo, sí es posible construir probables escenarios finales, considerando determinados supuestos respecto a la cantidad de datos con los que no se cuenta en lo que refiere a preferencia electoral.
«A partir de una encuesta no es posible predecir los resultados de una elección. Las encuestas pre- electorales son estudios de tipo transeccional, vale decir que se obtiene información en un determinado intervalo de tiempo y, normalmente varios días antes de las elecciones, donde hay todavía un considerable número de personas que no tienen definido su voto y otro tanto que no se niega a responder (voto secreto)», acotó el experto en estudios de opinión.
Asimismo, se debe mencionar que, si bien no son un instrumento netamente predictivo, las encuestas pre-electorales sí influyen en la decisión de los votantes, pero dependiendo de los factores que hacen al contexto previo al día de las elecciones.
Para Galvez, la existencia de un ambiente polarizado, donde además de haber una ausencia exagerada tanto de propuestas como de planes y donde los estrategas políticos suben el “volumen” a las encuestas pre electorales; hacen posible que crezca la influencia de las encuestas, pues en qué otro elemento basaría su decisión la persona.
«En un contexto de bajo grado de polarización, donde los candidatos tienen claramente definidas sus propuestas y las defienden como parte del discurso central de su campaña y los estrategas no utilizan a las encuestas para lograr efectos underdog o bandwagon, existirá una menor influencia de la encuesta en el electorado», declaró el entrevistado.
El inconveniente de desconocer la metodología
Observaciones como “a mí nunca me encuestaron” o “cómo con 2000 encuestas van a decir las preferencias de siete millones”, demuestran que el desconocimiento de la metodología que se enmarca en el método científico, es el principal inconveniente al momento de hablar de encuestas electorales.
Este desconocimiento metodológico se da a partir de lo complejo que es explicar en pocos minutos, términos como: muestra probabilística, margen de error muestral, nivel de confiablidad, intervalo de confianza y otros; lo que termina propiciando que la publicación de los resultados se centre en el dato puntual, sin considerar que éste tiene un intervalo de confianza. Entonces, vale decir, que el dato que se presenta es una estimación que se encuentra entre en un rango de posibilidades, que varía según el tamaño de la muestra y por lo tanto hay casos en los que no se podría afirmar que un candidato gana con un punto de diferencia, cuando ese resultado varía en un rango de hasta +/- 4 puntos a nivel nacional y +/- 8 puntos para algunos departamentos.
Hacer encuestas en Bolivia
En Bolivia, todos los estudios en el área de las ciencias sociales presentan una alta complejidad. Esto se debe a la heterogeneidad de los bolivianos. A diferencia de otros países, donde la población tiene características homogéneas, en Bolivia se debe buscar muestras que representen toda la diversidad que la caracteriza.
Por otro lado, está el aspecto geográfico (urbano y rural) y el alto nivel de dispersión a nivel de localidades rurales de difícil acceso.
«Realizar encuestas pre electorales en Bolivia requiere experiencia en este ámbito y estar inmerso en la cultura y el quehacer del contexto político boliviano», finalizó Hugo Galvez.