La pasada gestión estuvo cargada de dificultades para la industria cinematográfica a causa del coronavirus.
La industria del cine es sostenida por una estructura que implica diferentes etapas, como ser: producción, distribución y exhibición, y cada una de estas, ayuda a generan una de las mayores actividades económicas y cada una de ellas fue golpeada por la detención o retraso de muchos proyectos, lo que devino o devendrá en el cierre de algunas salas de cine.
Amantes del séptimo arte
Se dice que la industria del cine, tal como la conocíamos, está a un paso de desaparecer a raíz del cambio en el paradigma del entretenimiento y la forma de consumo por parte de los espectadores.
Las plataformas de streaming se convirtieron en las nuevas estrellas cinematográficas, gigantes como Disney decidieron estrenar sus más recientes películas a través de su plataforma (Disney+), lo que atrajo a más usuarios, los que a raíz de la pandemia se alejaron de las salas de cine.
Datos recabados en la primera quincena de febrero por el Vagón Marketero de CIESMORI, revelaron que, si bien el 54% de los entrevistados asistía al cine con menor frecuencia (1 vez cada dos o tres meses) antes de la pandemia, un 30% lo hacía por lo menos una vez al mes y un 11% de 2 a 4 veces por mes. Estos datos eran alentadores, pero llegó la cuarentena, el distanciamiento físico y el retraimiento del consumidor.
Antes, ver películas en casa conllevaba una serie de beneficios como la comodidad y el ahorro, ahora a eso se suma la seguridad de estar a salvo del virus; pues las salas de cine en, ya no eran o son seguras y el que deseara asistir a ellas tendría que tener consciencia del riesgo de contagio. Este panorama se ve reflejado en la caída de asistentes, a pesar de la reactivación del rubro, tal cual lo manifestó el 91% que dijo que no fue al cine en los últimos 30 días.
Frente al elevado porcentaje de no asistentes, los cochabambinos presentan el mayor porcentaje de asistentes a las salas de cine en el último mes con el 11%, mientras que los cruceños optaron en menor porcentaje (5%).
Cine boliviano
El 20 de diciembre de 2018, Bolivia dio un paso adelante en lo que refiere a la industria del cine, con la promulgación de la Ley del Cine y Arte Audiovisual Boliviano N° 1134. Esta normativa fue creada con la finalidad de establecer políticas que apoyen al desarrollo, fomento y protección de la actividad cinematográfica y arte audiovisual boliviano.
La exhibición de películas de origen boliviano está garantizada por la ley mencionada, ya que las salas de cine deben cubrir una cuota de pantalla relacionada con el porcentaje de producciones extranjeras que será exhibido en dichas salas.
Por lo expresado líneas arriba, se puede decir que los bolivianos accedieron a más cine nacional, razón por la cual el Vagón Marketero preguntó a la población entre los 18 a 55 años que viven en el eje central, cuál era la mejor película boliviana y el 24% se decantó por Mi Socio (1982), mientras que el 18% de los entrevistados optó por la Bicicleta de los Huanca y el 16% por Cementerio de Elefantes. Por su parte, la Bicicleta de los Huanca es la película favorita de las mujeres con un 23%, mientras que Mi socio (29%) ocupa el primer lugar en el ranking de los varones.
En lo que refiere a la película vista más recientemente, Cementerio de elefantes encabeza el listado con el 15%, seguida de la Bicicleta de los Huanca (12%) y Mi Socio (12%).
Con la llegada de la vacuna a inicio de esta gestión, se espera que la pandemia vaya disminuyendo y el público vuelva a las salas de cine con las normas de salud y seguridad adecuadas que eviten algún brote nuevo de COVID-19.
*Participaron del Vagón Marketero 933 personas entre los 18 a 55 años en las ciudades capitales del eje troncal de Bolivia (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra y El Alto), del 8 al 17 de febrero de 2021.