Conforme avanza el año, los bolivianos nos cuestionamos sobre muchos temas y surgen las preocupaciones, aquellas que podrían volverse una constante diaria.
En esta temporada, desde el punto de vista de los consultados por el Monitor de Opinión Pública de Ipsos CIESMORI, el desempleo y la falta de trabajo (53%) destaca como el tema de mayor preocupación, superando a otros, como ser: corrupción y escándalos financieros o políticos (52%), crimen y violencia (37%), etc.
A inicios de esta gestión, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimaba que el empleo a escala mundial sólo iba a incrementar en un 1% (menos de la mitad del crecimiento registrado en 2022, que fue de 2.3%) y previó que el desempleo a escala mundial aumentaría levemente en 2023, en unos 3 millones, hasta alcanzar 208 millones de desempleados. Este preocupante dato se ve reflejado en una postura casi homogénea por parte de los bolivianos entrevistados por Ipsos CIESMORI; para 5 de cada 10, el desempleo y la falta de trabajo es actualmente el tema más preocupante en el país. En todo caso, son los cochabambinos y alteños los que más se identifican con esa postura; quizás por el hecho de que estos se perfilan dentro del espectro de la inventiva para buscar la subsistencia diaria o forman parte de los 2000 millones de trabajadores que tenían un empleo informal en el mundo en 2022, según cifras dadas por la OIT.
Una mirada desde el género
En un contexto en el que la brecha salarial de género en todo el mundo se sitúa en el 23% (según datos de Naciones Unidas) y la tasa de participación de la mujer en la población activa es del 63%, mientras que la de los hombres es del 94%; son las mujeres (56%), las que posicionan con mayor contundencia a la falta de empleo como el tema actual más preocupante en el país, en contraposición a los varones (51%); quienes incluso muestran una mayor confianza al hablar de seguridad laboral.
Consultados sobre la confianza en torno a la seguridad laboral, tanto para ellos como sus familias o conocidos, los varones declararon sentirla en mayor grado (22%) que las mujeres (14%), si se compara con seis meses atrás. No obstante, la percepción parece haberse hecho más pesimista en general: casi 8 de cada 10 hombres y 9 de cada 10 mujeres dice tener menor confianza en la seguridad laboral que hace 6 meses.
Estas formas de percibir el acceso a trabajo y la estabilidad o seguridad laboral, nos lleva a recordar que, según la ONU, a nivel mundial, el número de empleos necesarios entre 2016 y 2030, asciende a 470 millones para que las personas que acceden al mercado de trabajo mantengan el ritmo de crecimiento de la población mundial en edad laboral.
Edad y estabilidad laboral
Según el informe de la OIT “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2023”, los jóvenes (de 15 a 24 años) deben enfrentar graves dificultades para encontrar y mantener un empleo digno. Su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los adultos y aun así muestran un mayor grado de confianza al hablar de seguridad laboral.
El 22% de aquellos cuya edad oscila entre los 18 y 40 años manifestó sentir más confianza en torno a la seguridad laboral para ellos y su familia en relación a lo que sucedía medio año atrás, siendo esta una actitud diferente a aquellos que pasan los 41 años (11%), lo que demuestra que, a pesar de todo, la juventud tiene esperanza.
A manera de cierre: la preocupación en torno al desempleo e inestabilidad laboral podría ser algo permanente y que tienda a agravarse. Es por ello que crece la necesidad de llevar adelante estrategias y políticas para erradicar la pobreza a partir del fomento y apoyo a sectores que generen empleos estables y bien remunerados, que fortalezcan, no sólo la incorporación de jóvenes al mercado laboral, sino a la reducción de la brecha laboral de género y de la informalidad asociada a un bajo crecimiento salarial. En suma, una mejora de las perspectivas de empleabilidad y estabilidad.