El Día Mundial de la Salud puso bajo los reflectores a una temática realmente importante, al grado que es necesario que sea abordada desde un enfoque un tanto más local.
Si bien es sabido que, por definición de la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o de enfermedades, se debe ir más allá de lo meramente establecido por un concepto y considerar qué piensa el ciudadano de a pie, que en mayor o menor medida se cuestiona sobre este tema, más en este momento, en el que la salud y el bienestar son considerados como un Objetivo de Desarrollo Sostenible puesto que, las Naciones Unidas buscan garantizar una vida sana para todos los habitantes de la Tierra y promover el bienestar de todos a todas las edades. No obstante, a pesar de los importantes avances que se han hecho en estos últimos años en cuanto a este tema, aún existen algunos óbices que no se han podido superar, lo cual ha impedido que exista un avance considerable, más para algunos sectores que para otros.
En virtud a esto, quizás nos hemos preguntado muchas veces sobre nuestro estado de salud y al respecto, las mujeres (28%) consideran que su salud es mala y que tienen algunos problemas; frente a un 18% de varones que concuerda con dicha afirmación. Esto podría deberse, no sólo a una falta de cuidado de ellas o una mayor precaución por parte de ellos, sino al hecho mismo de que la salud debe ser vista como una síntesis de hechos e interacciones que abarcan distintos planos (social, familiar, económico, etc.) que podrían dar paso a que un individuo considere que está realmente sano o no.
Realizando una revisión a partir de la edad, es vital ponernos al día. Según datos de la OMS entre el 2015 y el 2050 el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, es decir, pasaremos del 12% al 22%; por tanto, es imposible no afirmar que la población está envejeciendo en todo el mundo con mayor rapidez que en el pasado y esta transición demográfica afectará a muchos aspectos de la sociedad.
Considerando que en el mundo hay ya más de mil millones de personas mayores de 60 años (la mayoría de ellas en países de ingresos bajos y medianos), es importante también conocer la valoración que tienen de su estado de salud. A diferencia de los jóvenes de 18 a 27 años), un 39% de aquellos cuya edad va de los 60 a los 78 considera que tienen mala salud al igual que algunos problemas en ese ámbito.
Esta realidad permite decir que las personas son conscientes de que tienen un padecimiento, pero hay que tener en cuenta que no solamente es tener o saber que se está enfermo, sino procurar asistir a controles médicos y hacer un seguimiento del estado de salud.
Asistencia médica
En un momento en el que casi se ha superado la pandemia del COVID- 19, es necesario reencaminar la mirada hacia otros temas de salud, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible que ha planteado Naciones Unidas para este tema.
Un ejemplo de los esfuerzos llevados adelante en esta área, es el planteamiento de que todo el mundo tenga acceso a la atención sanitaria, por ello se dieron importantes pasos para combatir puntualmente enfermedades infecciosas como el VIH, la malaria y la tuberculosis, tales como las significativas ampliaciones en las cobertura de servicios de salud entre los años 2000 y 2015; no obstante este proceso se ha desacelerado y han surgido nuevamente las desigualdades, lo cual es un desafío en cuanto a la cobertura sanitaria.
En ese contexto de disparidad por la falta de universalidad en atención médica, nuevamente se debe hacer una revisión cercana a dos grupos poblacionales a los que nos referimos con anterioridad.
Las mujeres, quienes a pesar de tener los mismos derechos que los demás, suelen ser víctimas de discriminación por tema de género; hecho que ha sido analizado muchas veces por ONU Mujeres, que manifiesta que este tipo de discriminación está socavando este derecho fundamental. Esta dura realidad nos llevaría, en cierto grado, a sospechar que ellas tienen menores posibilidades de obtener atención médica por razones que oscilan desde la capacidad adquisitiva hasta las convenciones sociales que las restringen dentro del ámbito del hogar y esto se refleja justamente en las respuestas dadas por ellas al ser consultadas respecto a sus visitas al médico.
El porcentaje de mujeres (48%) que sólo asiste a revisión médica cuando es necesario, supera al de varones (40%); quienes, a su vez optan por asistir al médico con una temporalidad casi regular, es decir: cada seis meses (7%) o una vez al año (35%), lo que las pondría en una situación de vulnerabilidad de forma voluntaria (desinterés) u obligada (presión de terceros, falta de tiempo o recursos económicos).
En cuanto a los adultos mayores, estos presentan una situación en cierta medida opuesta; pues los encontramos como los que asisten a controles médicos con mayor frecuencia, en comparación con los otros grupos etarios. Por ejemplo, los adultos contemplados en el rango de 60 a 78 años, respondieron en un mayor porcentaje (29%) que van una vez cada tres meses a una consulta con el médico; quizás esto podría deberse a que tienen una enfermedad de base o, como lo manifestaron anteriormente, tienen una mala salud y por ello hacen ese chequeo.
En este punto es necesario recordar que, más allá de la igualdad de género o temas de edad y autopreservación, aún no ha sido posible para los gobiernos el alcanzar una cobertura de salud universal y un ejemplo de ello es que para 2021, 4500 millones de personas no estaban plenamente cubiertas por los servicios de salud esenciales, lo que muchas veces lleva a los usuarios o a las personas enfermas a no recibir un tratamiento adecuado, esto según Naciones Unidas.
Finalmente podemos decir que estos datos obtenidos por Ipsos CIESMORI a partir de la consulta a los bolivianos, nos revelan una realidad muy compleja; dado que ponen en evidencia la necesidad de profundizar en temas relacionados con la igualdad de condiciones para acceder a servicios de salud, pues ello permite a las mujeres tener mayor libertad, no sólo para aceptar que están enfermas, sino para asistir a un control médico que les permita alcanzar la cura o por lo menos, paliar los síntomas de paliar los síntomas de la enfermedad.
Se está obviando también un aspecto importante en cuanto a los adultos mayores se refiere, dado que es innegable que ellos tienen derecho a un envejecimiento saludable que, como lo manifiestan la OMS y la OPS, es un proceso que genera oportunidades para que se mantenga y se mejore la salud física y mental para que tengan independencia y una calidad de vida óptima a lo largo de esta.