Es muy típico que las personas reserven cierta parte de sus ingresos para compras excepcionales o actividades especiales. En esta oportunidad tendremos un acercamiento a la realidad de los bolivianos y a lo que acostumbran a hacer con el dinero que les queda tras pagar sus deudas Y cumplir con sus obligaciones monetarias.
Primero el hogar
Contar con una vivienda adecuada, es un derecho humano reconocido en la normativa internacional de los Derechos Humanos, como un elemento que forma parte del derecho a un nivel de vida adecuada; en ese sentido, realizar cambios que mejoren la habitabilidad de estos espacios debería ser tomado en cuenta al momento de pensar en el destino que se va a dar al dinero ahorrado. Sin embargo, en muchas ocasiones no es visto como una prioridad al momento de planificar a dónde irá el dinero ahorrado; un claro ejemplo de ello es que, a nivel global como primera opción las personas elegirían principalmente irse de vacaciones con ese dinero (30%), según el Monitor de Opinión Pública de Ipsos.
En el plano nacional, tras el pago de todas sus obligaciones, 49% de los bolivianos prefiere realizar mejoras en su hogar. En este grupo destacan los cruceños (59%) como los mayores inversores en esa área, mientras que los cochabambinos (34%) son los que en menor grado destinan sus ahorros a esa finalidad; cabe destacar que tenemos a paceños (54%) y alteños (50%) en un punto intermedio en este tema.
Inversiones financieras
Si bien el primer destino del “dinero extra” de los bolivianos es la mejora del hogar, existe otra opción que es bastante atractiva: destinar los ahorros a las inversiones financieras. Esta posibilidad no es para nada rechazada, quizás porque se piensa que a partir de ella se puede dar la creación de riqueza a largo plazo. Invertir permite que el dinero crezca con el tiempo gracias a los intereses compuestos y esto significaría que el dinero invertido hoy puede generar ganancias a futuro, abriendo las puertas a la independencia financiera o incluso una un extra para la jubilación o la época de vacas flacas.
En virtud a este punto de vista es que, el 35% de los bolivianos que viven en el eje central eligen realizar inversiones financieras con el dinero que les queda tras cubrir sus gastos mensuales. Dentro de este grupo destacan los cochabambinos (42%), quienes superan por más de diez puntos a los paceños (28%), que son los que menos optan por realizar esta actividad.
De igual forma es necesario destacar que los centennials (45%), en contraposición a los boomers (19%), son los que en mayor número prefieren realizar inversiones financieras. Este último dato pondría en evidencia el hecho de que el ahorro en entidades financieras en cierta medida es una actividad más propia de las generaciones jóvenes
Abastecer la alacena
Tener la suficiente cantidad de alimentos es un tema de igual de importante para los bolivianos, al menos así lo manifestó el 35% que participó del Monitor de Opinión de Ipsos CIESMORI. Este grupo de entrevistados declaró que destina el dinero extra a la compra de alimentos y abarrotes. En este punto, los habitantes de las cuatro ciudades capitales coinciden en opinión casi en el mismo porcentaje; lo que nos lleva a entender lo significativo que es el tener una alacena muy bien surtida y quizás esto se deba al hecho de que las personas han tomado en mayor consideración las advertencias de organismos internacionales en torno a la nutrición y la seguridad alimentaria, dos temas que cobraron relevancia a partir de la pandemia, los conflictos bélicos y los cambios meteorológicos, los cuales han provocado que una parte de la población mundial reaccione ante un posible escenario de alza y escasez.
Tras la revisión de estos datos, podemos decir que para el boliviano existen tres prioridades: tener un hogar adecuado (por ello invierten en mejoras), hacer crecer sus ahorros (por eso realizan inversiones financieras) y finalmente está el tema alimentario (tener la cantidad suficiente de alimentos o abarrotes que le aseguren que pueda satisfacer o cubrir las necesidades alimentarias de su familia); y estas tres prioridades tienen relación directa con la supervivencia humana, un tema por demás vital.