Estamos ante una de las fechas más movidas del año: el carnaval, una fiesta tradicional que normalmente ocupa los días previos al período de Cuaresma y que alcanza tal importancia, que muchos países son reconocidos por sus celebraciones, en las que abundan: los disfraces, la música y las tradiciones.
En el caso de Bolivia, la población de cada departamento tiene una manera diferente de apoderarse de esta festividad; y es en virtud a este contexto que Ipsos CIESMORI decidió indagar más respecto al rol del boliviano en esas fechas.
Vamos a carnavalear
Consultados sobre su participación o asistencia algunos eventos carnavaleros, propios de su lugar de origen, una parte de los bolivianos que viven en las ciudades capitales del eje, dijeron que sí lo harían; destacando los cruceños con un 28% de asistencia a su Corso, dejando a los habitantes de Cochabamba en segundo lugar con un 22% de participación en el tradicional Corso de Corsos.
En cuanto a los paceños, estos prefieren estar presentes de alguna manera en primer lugar en el Jisk’a Anata (16%) y después en la Farándula Carnavalera (14%); cabe mencionar que la actitud de los alteños es casi similar: Jisk’a Anata (12%) y después en la Farándula Carnavalera (9%).
Ante estos datos es importante mencionar que, si bien no es muy elevado, existen entusiasmo por parte de la población boliviana de participar en algunas actividades propias de la temporada y quizás este comportamiento se deba al optimismo que presentan los bolivianos al aseverar en un 70% que este año será mejor que el 2023, esto según “Predicciones Globales 2024”, un estudio llevado a cabo por Ipsos en 34 países.
Nada de festejos
Los datos anteriores nos muestran a un grupo de bolivianos dispuestos a pasar un buen momento al ser partícipes de los festejos carnavaleros; no obstante, existe otra facción (71%) que no piensa formar parte de ninguna actividad que se lleve a cabo esos días, más en el caso de las mujeres (75%) que de los varones (67%).
El porcentaje de no participación es significativamente superior, lo que nos pone a pensar que la mirada negativa respecto al futuro se está haciendo manifiesta, generando desanimo y ganas de no participar. Pero cómo no va a suceder esto, si el 78% de la población en Bolivia cree que el desempleo será mayor este año y el 75% espera que la inflación se incremente.
El panorama es diverso y sólo nos queda aprovechar esos días de fiesta, ya sea para ir a bailar o ver a otros bailar, emprender en un negocio que nos ayude a superar algún bache económico o simplemente quedarnos en casa a pasar tiempo en familia y reflexionar sobre lo que haremos en lo que queda del año.